With profound sorrow, we join the universal Church in mourning the passing of our beloved Holy Father, Pope Francis. His life of missionary discipleship, humble service, unwavering commitment to the Gospel, and deep love for the poor and marginalized have left an indelible mark on all of us at Holy Cross parish, the Church, and the world.
Pope Francis was a shepherd who led compassionately and tirelessly advocated for peace, justice, and care for our common home. He has inspired us to continue proclaiming the Good News to the ends of the earth, especially among those most in need.
As we entrust his soul to the loving embrace of our Heavenly Father, we pray that his witness of mercy and fraternity will continue to bear fruit in the Church and among all people of goodwill. May his example of faith, hope, and love guide our journey today and always.
We extend our heartfelt prayers to the College of Cardinals as they discern St. Peter's next successor and to the faithful around the world who grieve this great loss.
“Eternal rest grant unto him, O Lord, and let perpetual light shine upon him. May he, indeed, rest in peace.”
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Con profundo dolor, nos unimos a la Iglesia universal en el luto por el fallecimiento de nuestro amado Santo Padre, el Papa Francisco. Su vida de discipulado misionero, su humilde servicio, su compromiso inquebrantable con el Evangelio, y su profundo amor por los pobres y marginados han dejado una huella indeleble en nosotros aquí en la parroquia de Santa Cruz, en la Iglesia, y en el mundo.
El Papa Francisco fue un pastor que nos guió con compasión y trabajó por la paz, la justicia, y el cuidado de nuestra casa común. Su corazón nos inspiró a seguir proclamando la Buena Nueva hasta los confines de la tierra, especialmente entre los más necesitados.
Al encomendar su alma al abrazo amoroso de nuestro Padre Celestial, oramos para que su testimonio de misericordia y fraternidad siga dando frutos en la Iglesia y en todas las personas de buena voluntad. Que su ejemplo de fe, esperanza, y amor guíe nuestro camino. Extendemos nuestras más sinceras oraciones a los Cardenales mientras vislumbran al próximo sucesor de San Pedro y a los fieles de todo el mundo que lloran esta gran pérdida.
“Concédele, oh Señor, el descanso eterno, y que la luz perpetua brille sobre él. Que descanse en paz. Amén.”