La Adoración a Dios es un acto de reconocimiento y honra hacia Él como nuestro Señor y Salvador. Al Adorar a Dios, le rendimos culto expresándole nuestro amor, nuestra gratitud, reverencia, y sumisión a su voluntad. La Biblia nos enseña que la Adoración a Dios es una parte esencial de nuestra relación con Él.
La Adoración en su Presencia Sacramentado implica una decisión y actitud de reverencia que sale del corazón. Cuando Adoramos a Él, reconocemos su grandeza y su poder frente a nuestra pequeñez. La Biblia dice que Dios es el único que merece nuestra Adoración. No hay nadie más grande o más santo que Él. Solo Él es digno de ser alabado y reverenciado, y Él es el único al que debemos adorar (Lucas 4, 8).
Adorar a Dios no requiere una posición física específica ni palabras clave. Lo que sí requiere es un corazón contrito y humillado ante la presencia de Él. Es algo que sale del corazón y se refleja en la forma en la que nos relacionamos con Él, cómo le hablamos y cómo nos sometemos a su voluntad.
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Todos los jueves, ofrecemos y participamos en un Día de Oración: Misa a las 8:30am, El Sacramento es expuesto, gente vienen y salen, y ofrecemos la Bendición Final a las 8:30pm. Todos están invitados.